jueves, 17 de abril de 2014

Diálogo en Venezuela: Acto Segundo


Desde el 12 de febrero se ha desarrollado en Venezuela un movimiento de resistencia sin precedentes, sobrepasando los sesenta días continuos de protestas. Este movimiento ha sido liderado por los estudiantes y ha sido respaldado y acompañado por un sector de la oposición (los radicales), rechazando un diálogo con el régimen que deje de lado una serie de exigencias puntuales, principalmente la liberación de los estudiantes y presos políticos y la reestructuración de los poderes públicos tomados por el régimen. De no cumplirse estas exigencias, se continuará indefinidamente la presión ciudadana exigiendo la renuncia de Nicolás Maduro y un proceso de transición dirigido a recuperar la democracia y el Estado de Derecho en Venezuela.
La noche del 10 de abril, sin embargo, los venezolanos pudieron presenciar en cadena de radio y televisión al otro sector de la oposición (los moderados) reunirse con Nicolás Maduro y demás miembros de la élite gobernante. Sin duda, se trata de un acontecimiento que refleja claramente las dos visiones que existen sobre el carácter del régimen y la línea de acción a seguir. Pero también, me atrevo a añadir, sobre el fin a alcanzar.
Este diálogo no ha sido más que un teatro. Fue un show televisivo que quiso ser un desahogo a la presión existente en la psiquis del venezolano. Su único motivo fue apagar el fuego que arde en las calles de Venezuela y garantizar la gobernabilidad con el sistema imperante.
El verdadero diálogo, me atrevo a sospechar, se está llevando a cabo de forma clandestina. Nadie se está enterando sobre las verdaderas negociaciones, pero ya es posible visualizar algunos de sus resultados . Por una parte, la oposición cede al permitir que su sector radical siga siendo reprimido en las calles y sus principales exponentes estén siendo detenidos o despojados de sus cargos. Y por otro lado, el régimen ha permitido ciertas concesiones en materia económica, consintiendo con un aumento de precios bajo cuerda de los productos regulados y abriendo canales al sector privado para la adquisición de divisas a través del Sistema Cambiario Alternativo de Divisas (SICAD II).
Podemos concluir entonces que no cualquier diálogo es conveniente para el ideal de Libertad que se exige en las calles. Esta oposición moderada señala que la única salida viable del sistema que hoy nos oprime son las elecciones. Es importante recordar que ya ha pasado un año desde las históricas elecciones del 14-A que este mismo sector de la oposición señaló como fraudulentas, reclamando la parcialización de las instituciones del Estado que permitieron semejante golpe a la democracia. ¿Y qué ha cambiado desde entonces? Siguen en sus puestos los mismos representantes de los poderes públicos y aun se continúan introduciendo documentos y esperándose una respuesta apegada al Estado de Derecho por parte de los mismos actores que les arrebataron las elecciones. La única respuesta que se ha hecho escuchar es la del silencio de la impunidad.
Por ello, si la oposición moderada no sostiene como punto de honor los reclamos exigidos por el movimiento estudiantil y la resistencia en las calles, corren el peligro de ser ratificados como una oposición a la medida del régimen: legitimadora de sus abusos y colaboradora en establecer un clima de gobernabilidad en el modelo socialista, explotador e injusto que desde el poder se ha administrado.
La verdadera resistencia está basada en principios dignos de ser defendidos al extremo: la libertad y el derecho a la vida en paz de los ciudadanos venezolanos. Es motivo de indignación el diálogo a puerta cerrada que los moderados parecen estar llevando a cabo con el poder, porque el costo de tal acción es enorme – las vidas y esperanzas de todos los ciudadanos – y se ha perdido de vista la razón por la que los venezolanos están en las calles.
Un diálogo sincero nunca será posible mientras uno de los interlocutores apunte sus armas al otro.
@nhcarreras

Publicado en: http://eslibertad.org/2014/04/17/dialogo-en-venezuela-acto-segundo/

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