domingo, 21 de junio de 2015

Contra Quienes Desprecian El Fútbol



Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral
y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol

- Albert Camus

Me resulta necesario defender con argumentos - y por qué no, con el corazón enardecido - a esa faceta noble de lo humano presente en el deporte. Específicamente, la cantidad de tropelías y ataques hacia el fútbol que he presenciado en los últimos meses me han llevado a escribir esta respuesta, pues concibo que se cae en banalizaciones que deben ser desenmascaradas de una vez por todas.

En primer lugar, observo que las personas que desprestigian los valores intrínsecos en el deporte suelen ser torpes a la hora de practicarlos. Y me parece razonable, pues quienes hemos practicado a nivel competitivo algún deporte hemos experimentado en carne propia lo que representan: la noción del mérito y la necesidad de ser perseverantes, de enfrentar con valentía y coraje los retos, la gloria de vencer y el dolor de la derrota, caer y encontrar el ánimo necesario para levantarse, liderar un equipo y trabajar en conjunto, hombro a hombro y con lealtad, por una meta común. ¿Qué saben ellos de estas virtudes, si nunca las han vivido, ya sea por desinteresados o por incapaces?

En segundo lugar, estas personas caen en las más ridículas asociaciones para buscar disminuir la importancia del deporte. A la hora de un encuentro importante, recelan la atención que tantas personas concentramos en él y buscan otros temas - importantes sí, pero sin relación alguna con éste - para atacarlo. Por ejemplo ¿Cuántas burlas y comentarios pedantes sobre política no se escuchan asociados a un gran evento deportivo, exigiendo que se le debería restar toda la importancia al segundo para atender a la primera? Cabría preguntar si las mismas asociaciones las harían contra otras disciplinas como la música, el teatro, la poesía y el arte en general, así como a otras facetas de la vida diaria como salir con los amigos, viajar y quizás aún atender una relación de pareja. En fin, todo tiene su momento, y resulta ridículo confrontar las peras con las manzanas.

Cabe resaltar que, personalmente, no me considero el mayor de los fanáticos de ningún equipo en particular. Como venezolano, disfruté la reciente victoria de la selección vinotinto sobre la selección colombiana en la Copa América, mas no encuentro sentido en el nacionalismo y demás impulsos fanáticos que surgen en algunos círculos extremistas. Estas actitudes irracionales no son de mi agrado en lo absoluto, en cambio, las considero claramente como bajas y antideportivas provenientes de personas que no valoran su individualidad y buscan refugio en una tribu.

Finalmente, no aspiro convencer con esta respuesta a aquellos que desprecian la nobleza y lo alto que simboliza el deporte. Antes bien, espero reafirmar, en quienes sí las vemos, el verdadero sentido del deporte en lo profundo del ser humano para ser así más conscientes de su valor intrínseco.



Nelson Carreras G.
@nhcarreras

lunes, 20 de octubre de 2014

Resistiendo la verdad oficial


Es improbable que algún venezolano no se encuentre sometido a un constante azote de propaganda oficial. Cada día nos enfrentamos a esa realidad fantástica creada por un régimen armado de excusas, cuyas cabezas entienden muy bien el rol que juegan las visiones de mundo en la forma como los individuos entienden la realidad. Pero no son ellos los únicos responsables de su notorio éxito en el manejo de la opinión pública a pesar de la crisis actual, sino que en buena parte es una cosecha de más de medio siglo de cultura colectivista sembrada en el país por los más diversos factores, cuyas bases son aprovechadas por la elite gobernante para construir una red de fábulas convenientes.

Venezuela vive hoy en día una grave crisis política, económica y social. Es una realidad innegable, pues basta con salir y percibirla en sus calles. Es evidente el clima de represión imperante, con una férrea campaña para criminalizar la protesta y censurar las ideas inconvenientes, siendo ajustadas las líneas editoriales de varios medios de comunicación para incomodar menos al régimen. La delincuencia acaba con la vida de cientos de personas cada mes. En los hospitales y farmacias faltan medicinas y equipos médicos. En los mercados faltan varios alimentos, productos de higiene personal y de limpieza, entre otros.

Teniendo en cuenta esta realidad tan cruda y lo inconveniente que resultaría no reconocerla, el régimen se las ha arreglado para encontrar un enemigo como culpable de todos estos problemas. A través de fuertes campañas de propaganda y de censura, impone una versión oficial en donde la derecha, el imperio y el fascismo son los responsables de saboteos, asesinatos y guerras económicas que pretenden desestabilizar a la revolución socialista e imponer los más crueles mecanismos de explotación del hombre por el hombre.

Este mensaje, repetido hasta el cansancio a través de todos los medios de comunicación posibles, es compatible con una cultura colectivista que ha sido sembrada en el país a través de las universidades, los sindicatos y los intelectuales socialistas por mucho más de 15 años. Ellos han difundido el populismo, la lucha de clases y el resentimiento social como medios para llegar al poder, atacando a las instituciones liberales para imponer mayores regulaciones a la economía con el supuesto fin de reivindicar a la clase obrera y asegurar el bienestar nacional.

Lo que hoy vivimos no es más que la profundización de estas ideas en su aplicación práctica. Y esto no es de asombrar, pues las personas con un nivel mínimo de conocimiento histórico saben que el modelo socialista produjo consecuencias muy similares en el siglo XX en todos los países en donde se instauró. La dominación a través de la represión militar, la propaganda y la censura; la pobreza, la escasez de bienes y la descomposición social fueron lugares comunes en todos estos países, en radical contraposición a aquellos que siguieron un modelo ajustado al Estado de Derecho con instituciones respetuosas de la propiedad privada y favorables al libre mercado.

Este año se celebra el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín, símbolo del colapso mundial del modelo socialista y la victoria de las sociedades libres. Es increíble que en Venezuela sigamos negando estos hechos tan relevantes de la historia reciente, con una ignorancia casi inocente similar a la ilustrada en la famosa película alemana Good Bye Lenin!

Finalmente, resulta esencial no dejar de llamar a las cosas por su nombre, para así poder atacar a los problemas con verdadera eficacia. Esto es socialismo. Que nadie lo siga negando.

Publicado en: http://www.notitarde.com/Columnistas-del-Dia/Resistiendo-la-verdad-oficial/2014/10/18/371454

Dilema


La situación venezolana actual amerita un análisis profundo. El país vive quizás uno de sus momentos más grises de los últimos tiempos, con un panorama obscuro donde incluso la esperanza comienza a escasear. La juventud, en su mayoría, está considerando emigrar como la única salida posible a la inseguridad que reina en las calles de Venezuela, a la corrupción demente que impera en sus instituciones y a la falta de oportunidades para progresar en medio de una grave crisis económica. Este es, sin dudas, el gran legado que deja el régimen socialista a nuestro afligido país.
Frente a esta situación, la oposición oficial venezolana que hace vida en la MUD no lograr dar con un discurso coherente para enfrentar a un régimen que se ha hecho con el control de todos los poderes del Estado. En cambio, sufre una fuerte división interna producto de la diversidad de visiones que coexisten en su seno, las cuales permanecen imperturbables a todas las encerronascelebradas por sus integrantes.
Entre las diversas propuestas que luchan por controlar la avejentada MUD, destacan cuatro visiones:
1. Esperar a las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional a celebrarse en el 2015, con el objetivo de obtener una mayoría suficiente para plantear una enmienda a la Constitución Nacional que recorte el período presidencial a 4 años.
2. Consolidar un Congreso Ciudadano por la Reconstrucción Nacional para llamar a una Asamblea Nacional Constituyente, pasando por una contienda electoral, con el objetivo de renovar todos los poderes públicos y redactar una nueva Constitución.
3. Abogar por un cambio interno en las filas del régimen que corrija el rumbo hacia una visión más moderada en lo político y más pragmática en lo económico.
4. Esperar a las elecciones presidenciales de 2019.
Todas estas visiones son expuestas en los pocos medios de comunicación que aun se atreven a ser moderadamente críticos al régimen, al mismo tiempo que evidencian las dificultades que existen para acoplar una propuesta unitaria definida. A su vez, todas ellas parecen pasar la páginadel fraude electoral del 14 de abril de 2013 y de todas las muertes, abusos y torturas cometidos en contra de los jóvenes manifestantes en los últimos meses, lo que refleja una concepción miope y negligente de la naturaleza totalitaria del régimen al cual se enfrenta.
En este sentido, es necesario reivindicar un movimiento que ha sido censurado por casi todos los medios de comunicación tradicionales en Venezuela, incluyendo algunos teóricamente independientes al régimen. La Resistencia consiste en diversos grupos de estudiantes y jóvenes, acompañados de profesores, intelectuales y activistas políticos, quienes comparten una visión libertaria y radical de la situación venezolana. Agrupados a partir de las protestas de calle iniciadas en el mes de Febrero, este movimiento aboga por desconocer al régimen y al sistema político imperante en su totalidad, amparados en el Artículo 350 de la Constitución. Tras un desconocimiento masivo reflejado en protestas de calle continuas, se plantea una transición política que recupere la libertad y la soberanía nacional, para finalmente convocar a elecciones con poderes verdaderamente equilibrados y justos. Esta alternativa demanda una gran dosis de valentía y coherencia, presagiando un conflicto social que, en principio,  buena parte de los venezolanos no parecen estar dispuestos a aprobar; no todavía.
Quizás este cuadro se resuma de forma excepcional en una escena de la recién estrenada películaLibertador dirigida por Alberto ArveloEn pleno éxodo de la ciudad de Caracas en 1814, una mujer se acerca a Bolívar, y lo que parece ser una muestra de admiración, desemboca en el sentido reclamo de una madre que perdió a su hijo en la guerra y dejó atrás todos sus bienes, por culpa del maldito empeño de Bolívar de liberar a Venezuela del yugo de sus conquistadores. Para esa madre, el precio de la libertad fue demasiado alto, así como actualmente lo es para los venezolanos que hoy prefieren una sumisión tranquila en términos relativos con respecto a los sacrificios que presagia la lucha por la Libertad en nuestras condiciones.
Este es el dilema en el cual se encuentran los venezolanos que adversan al régimen socialista, encontrándose sumergidos en los pesares de la actual crisis política y económica sin un norte definido hacia el cual transitar y dirigir sus esfuerzos de forma conjunta. Sin duda, los grandes enemigos son el conformismo, la falta de coherencia y la evasión de la responsabilidad, en una sociedad que  a veces parece esperar por un milagro caído del cielo como solución gratuita a todas sus dificultades.

Publicado en: http://eslibertad.org/2014/09/22/dilema/

Desentrañando la acción humana


Mucho se ha hablado ya sobre la importancia que representa plantear una alternativa profunda a los sistemas autoritarios que han surgido recientemente en América Latina. El siguiente texto representa un esfuerzo en esta dirección. El lector se encontrará con una perspectiva global de un sistema de ideas: desde una visión del hombre que deje atrás a los modelos precarios que pretenden condicionar la acción humana, hasta llegar a medios prácticos que logren un cambio sustentable a favor de la Libertad.

Descarga el PDF aquí: Desentrañando la acción humana

Publicado en: http://eslibertad.org/2014/09/09/desentranando-la-accion-humana/

martes, 22 de julio de 2014

El cambio generacional



A ellos no les basta con criticar y esperar.
A pesar de todos los obstáculos, en Venezuela – y en toda América Latina – está surgiendo con cada vez más fuerza un movimiento de ideas y valores, el cual apunta a lo que parece un cambio generacional en las ideas, la visión del hombre y el concepto de la Libertad. No encajan con el pesimismo generalizado, el sentimiento de hastío y de impotencia. Tampoco aceptan el predominio de un sistema de ideas caducas, que amenaza con abarcar cada vez más espacios. Aun sabiendo las dificultades y peligros que se derivan de actuar y combatir la decadencia de nuestras instituciones, una generación de valientes se renueva con firmeza.
Lastimosamente, lo que en Venezuela fue una oportunidad para transformar un sistema que venía en decadencia desde la década de los años ochenta, terminó desembocando en un problema aun más profundo. El comunismo, que no había llegado al poder durante su época de auge mundial, encontró un resquicio por el cual abrirse paso con la llegada de Hugo Chávez al escenario político. Por supuesto este acontecimiento no fue fortuito, sino que fue el resultado de una intensa labor intelectual realizada durante años desde distintos espacios, tales como las universidades, los sindicatos y los medios de comunicación. Y por más esfuerzos que hagan los socialistas de oposición por criticar al actual régimen por sus facetas militarista y pragmática, no se pueden negar las profundas raíces que lo emparentan con Cuba y los demás intentos por instaurar el ideal socialista en el pasado: pobreza, arbitrariedad, censura y sumisión.
Como reacción a estas circunstancias, está surgiendo un nuevo movimiento. Cada vez son más los jóvenes que no se sienten identificados con el statu quo, pero lejos de resignarse a vivir según las condiciones de esta época que les resulta odiosa, se atreven a pensar más allá y a actuar en consecuencia.
Esta es la que nos atrevemos a llamar La Generación de la Libertad: la de esos jóvenes que nacieron con la caída del Muro de Berlín, símbolo del colapso del socialismo real. En Venezuela, esta época coincide con el Caracazo, símbolo del colapso del bipartidismo socialdemócrata – socialcristiano, el cual permite la evolución del modelo chavista y la debacle institucional y moral de nuestras instituciones. En medio de este ambiente problemático lleno de contradicciones, estos jóvenes se encuentran en plena época de su formación profesional e intelectual, viéndose obligados a plantear su situación con una perspectiva profunda y a descubrir nuevas alternativas para salir del laberinto en el que se encuentran sumergidos.
Entre las principales características que me atrevo a asignar a esta generación, destacan la valentía y la convicción de ser los forjadores de su propio destino. Se afanan por formarse con espíritu crítico, en la tolerancia y el debate, discutiendo a profundidad la naturaleza del ser humano más allá de modelos precarios y arrogancias deterministas, los motivos de su acción y los nuevos valores que deberían prevalecer en nuestras sociedades. Se le asigna un protagonismo muy especial a la Libertad del Individuo y la realización de su Ser, estudiando las instituciones necesarias con miras a lograr un verdadero progreso económico y social.
Por supuesto, quienes basan su poder sobre el miedo y la pasividad de las masas le temen profundamente a este cambio generacional. Este surgimiento espontáneo de individuos y agrupaciones con sed de Libertad es el mayor enemigo de las tiranías y de todos los poderes que encuentran sustento en la obediencia ciega y en la subordinación del espíritu. Es por ello que usan todos los medios, desde el chantaje hasta la coerción física, con el fin de quebrar el espíritu y desprestigiar los fines nobles que persiguen.
Mas estoy convencido: no podrán detenernos. Nuestro futuro depende de ello.

@nhcarreras
Publicado en:
Estudiantes por la Libertad
http://eslibertad.org/2014/07/21/el-cambio-generacional/