miércoles, 17 de abril de 2013

Valores, Derechos y Leyes

Cuando la ley y la moral se contradicen,
el ciudadano se encuentra ante la cruel alternativa
de perder la noción de moral o perder el respeto a la ley

FRÉDÉRIC BASTIAT


Considerando que los seres humanos poseen el don de la libertad y que cada persona tiene el derecho a hacer uso de la misma según sus capacidades, la sociedad como conjunto de personas libres se encuentra con el reto de convivir. Es así como surge y se halla en constante evolución un conjunto de preceptos morales que son necesarios para favorecer el pleno desenvolvimiento de la persona sin afectar el de los demás y mantener así la armonía.

Los valores se refieren a las normas que rigen nuestro actuar, no en el concepto imperativo de la palabra, sino en el plano de los incentivos que acciona nuestra voluntad. Dicha voluntad es la capacidad para elegir un sacrificio que conlleva a una satisfacción futura, en lugar de elegir un placer con un menor valor a largo plazo.

En la medida que la persona se hace consciente del gozo permanente que se encuentra en el actuar siguiendo tales valores, hace un balance entre la opción de tomarlos como propios y practicarlos en función de alcanzar la felicidad que se obtiene; o de negarlos, por falta de esperanza o de capacidad, con el motivo de ganar un placer que se contrapone a dichos valores. En otras palabras, le da más valor a otra cosa, siendo evidencia de la subjetividad del mismo según la persona y la circunstancia en la cual se encuentra.

Es así como la sociedad se organiza y forma instituciones según un marco de valores comunes con el objetivo de hacer respetar los derechos de los individuos: su vida, su libertad y su propiedad. Se encuentra con el reto de hacer justicia cuando se violan estos derechos y de establecer las condiciones, para todos por igual, donde se reduzca al mínimo la rentabilidad de la violación de esos derechos. Citando a Frédéric Bastiat,

Si cada hombre tiene el derecho de defender, aun por la fuerza, su persona, su libertad y su propiedad, varios hombres tienen el Derecho de concertarse, de entenderse, de organizar una fuerza común para encargarse regularmente de aquella defensa.


Así nace la ley, como la norma justa (para todos por igual) que complementa a la libertad individual con la responsabilidad que acarrea el ejercicio de la misma. Dichas normas no deben contraponerse a la libertad ni a los valores morales que motivan la acción humana, ya que de lo contrario se convierten en una perversión y en motivo de conflicto social. ‎Citando a Mahatma Gandhi,

Cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer.

Finalmente, los valores morales son la base sobre la cual se apoyan nuestras acciones, encontrándose sujetos a la valoración subjetiva de cada persona. Pero deben estar enmarcados en un conjunto de derechos que legitiman el uso de la ley, para guiar al hombre a que dichas acciones realizadas en la búsqueda de su felicidad no impliquen atentar contra el derecho del otro.