miércoles, 6 de noviembre de 2013

¡Somos venezolanos!



Estoy convencido que el retorno del país a sí mismo
no puede ser sino a través de su conciencia

Renny Ottolina


Es un lugar común en la Venezuela de hoy que se nos describa a los críticos y opositores al régimen actual con peyorativos como: enemigos del pueblo, burguesía parasitaria, fascistas; solo para resaltar los más decentes. Pero, además, no pasa desapercibida esa intención de etiquetarnos como defensores de los intereses del imperio, de la CIA, de las empresas transnacionales o de cualquier mal existente, como colaboradores conscientes o como ingenuas piezas de ajedrez manipuladas por estos personajes.

Cuando alguien se atreve a difundir el malestar generalizado por la inseguridad que padecemos en las calles, por la escasez de alimentos y de bienes básicos que sufrimos con las colas y el desespero, por la hiperinflación que nos hace cada vez más pobres, por las fallas en el sistema eléctrico, por la decadencia del sistema de salud; y en general, por la sensación de incertidumbre que vivimos actualmente, no se recibirá otra respuesta de parte de los sectores oficialistas que no sea un insulto, una declaración de guerra o, en el mejor de los casos, un llamado a recapacitar para no defender los intereses de todos los malvados enemigos del pueblo.

Es muy difícil encontrar a alguien dispuesto a debatir con respeto y templanza las ideas que defienden, contra aquellos que tenemos una visión diferente de encontrar la solución a los problemas que nos aquejan. Se suele partir de la premisa que los que pensamos distinto somos enemigos y que no queremos encontrar una solución, sino en cambio, solo buscamos destruir y generar sufrimiento y pobreza. Se recurren a los insultos como se aprende de los discursos de sus líderes, promoviendo la exclusión y el odio a toda crítica, encerrándose en la soberbia de creerse con toda la verdad y mirando con desprecio a los otros.

Buena parte de quienes defendemos la iniciativa del ciudadano para superarse, de quienes creemos que el mérito es una virtud que no tiene por qué avergonzarse, donde el esfuerzo y la perseverancia son dignos de orgullo, de quienes defendemos los derechos de la libertad y la propiedad y queremos que el gobierno se dedique a lo que tiene que dedicarse con eficiencia, respetando el derecho del individuo a buscar su propia felicidad, estamos bastante conscientes de lo que decimos. Y por eso no somos menos venezolanos, ni somos apátridas, ni queremos que nuestro país caiga en una crisis que también nos afectaría a nosotros y a nuestros seres queridos que viven acá, en Venezuela.

Exhorto a una campaña por la defensa de nuestro gentilicio y de nuestro honor como venezolanos, tan herederos de la independencia de nuestros libertadores como los que visten de rojo, tan luchadores por la Libertad y la Justicia como cualquier otro ciudadano de este país.

Y para lograr ese cambio que queremos y salir de esta crisis, cito a ese ilustre venezolano, Renny Ottolina:

   Ese gran paso no será dado sino en la medida que tengamos conciencia de nosotros mismos como país.

¡Qué nadie nos doblege! Vamos a rescatar a Venezuela.

@nhcarreras

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